viernes, 11 de enero de 2013

Girando en Londres II




Después de los primeros conciertos, teníamos un par de días para ver Londres, así que nos fuimos por el barrio del Soho. Garitos de todos los colores, algunos de ellos más heavys que el viento, a otros se les quedaba pequeña la etiqueta “underground”. Fuimos al “Ronnie Scott” porque una amiga trabaja allí y había conciertos, actuaban 4 o 5 bandas y solistas. Una de las cosas que más me gustó de Londres es que en cualquier sitio puedes ver conciertos geniales que quizá recuerdes toda tu vida. La verdad es que me encantó la ciudad, tenía una imagen más caótica en mi cabeza, pero se desvaneció a medida que conocía más cosas y sitios de la misma. LONDON RULES!!!




La siguiente parada para Hemingway Noise era en un pueblo llamado Buckingham, el sitio era un hotel llamado “The White Hart”. Furgoneta cargada, pasta para comer y coger fuerzas y allí nos plantamos. A nosotros se nos planteaba la tarde como un concierto más, pero amigos, allí dimos, según algunos, el mejor concierto de la banda. Buen sonido, buen ambiente, un público muy entregado... y la sorpresa del día “El Cartero de Buckingham”.

Uno puede encontrarse a personajes por ahí, pero el Cartero de Buckingham es un fiera, él solito revolucionó el garito, él solito animó a todos, bailó, saltó, hizo el chamán con una bombilla que sacó del techo de la sala, le regaló a Ana un joyero, movía los carteles del grupo en medio de la gente, etc... aún tenemos pendiente hacerle una canción, porque se lo merece por vivir la música de esa manera y por habernos hecho sentir como en casa. Buckingham... esperamos volver.



Desde aquí un saludo a los amigos que se acercaron a ese concierto e hicieron posible ese concierto (Rob, Peal, Txul, Rachel y Merche que la pobre se quedó en tierra porque no cabía en la furgona).



Al día siguiente abandonábamos Londres, recogíamos los petates y nos marchábamos a Brighton, al sur de la isla, donde nos esperaba nuestro amigo Rubén. Nada más llegar al garito donde se suponía que tocábamos, nos dijeron que no había concierto, pero Rubén es un crack y nos encontró otro sitio donde tocar en menos tiempo que lo que tarda uno en beberse una pinta. Qué artista está hecho, nos trató de lujo, nos dió cobijo, y nos sacó de juerga por Brighton. Gracias Rubén.

Fue este último un concierto más que surrealista, había mucha gente celebrando una fiesta y estaban todos borrachuzos, lo que hizo que tocáramos las canciones a toda pastilla porque la gente se ponía a bailar y hacer el cafre. Bueno, incluso pisaron a nuestra cantante. Un concierto para el recuerdo, no tanto por la actuación en sí, si no por la fiesta que nos montamos después. Cena en un restaurante español de una gente de Cartagena, concierto de barítonos en plena calle con un guitarrista callejero, peripecias varias, discotequeo chungo y para terminar la noche... concierto de piano y percusión en casa de Rubén. En definitiva un pedazo de fin de gira.

Lo de después ya lo imaginaréis... “nosecuantasmil” horas de carretera que se calmaron cuando cerca de Salamanca nos paramos a comer unos pedazo de bocadillos de jamón más que deliciosos. Ahí ya finiquitábamos nuestra primera gira por el Reino Unido, y esperamos que no sea la última.



Otro día de estos os contaré más peripecias de la banda

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