miércoles, 22 de agosto de 2012

Hemingway Goes to London


He tardado en escribir por aquí, pero la verdad es que no he tenido tiempo con todas las cosas que hemos hecho con Hemingway Noise. Voy a intentar contaros algunos pasajes de la historia viva de la banda.

Muchos conciertos, en realidad más conciertos que ensayos, cuando más quiere uno ponerse con canciones nuevas o con esas ideas que tiene
ahí rondando en la cabeza, es entonces cuando menos tiempo tiene.
 El tiempo...qué maravillosa magnitud que nos tortura y zarandea dejándonos a merced del destino.
Filosofías aparte y tras quedar ganadores del premio Extremasound a la mejor banda extremeña, junto a nuestros compadres de Happy New Year, alli que nos presentamos un sábado de verano. Todo cortesía de ese festivalazo llamado SUBEROCK que hacen en San Vicente de Álcántara.


Foto: Angel Corbacho
Nos subíamos los primeros esa noche al escenario y compartíamos cartel con bandas que admiramos como Blame the Dog, The Wish o Cápsula. Teníamos muchas ganas de tocar en el Suberock, y yo especialmente cumplí un pequeño sueño, ya que he asistido como público al
festival varias veces y siempre me decía a mí mismo que ojalá pudiera ser yo el que se subía a las tablas.


Tampoco me puedo olvidar de que por fin teníamos en las manos y recién salido del horno nuestro "Desayunno Continental" particular. No eran horas para tal cosa, pero nosotros estábamos muy contentos, tanto, que se nos olvidó hacerle publicidad...

El público fue un gran público y provocó que el concierto se nos hiciera muy corto y que nos bajásemos del escenario con ganas de volver
el año que viene, ya sea con la banda o sin ella porque el Suberock es toda una fiesta de la música, es en Extremadura y es gratis...

Y tras ese concierto nos tocaba preparar la furgoneta porque comenzaba nuestra particular gira veraniega europea. Sí, habéis leído bien porque empezábamos el jueves siguiente en Mërida en el Bujío, pasábamos por Ciudad Rodrigo y ya directos nos íbamos atravesando media Francia hasta Londres.

Es curioso que habíamos tenido bastantes conciertos este año, pero no habíamos pasado aún por Mérida, y había ganas también.
Os vuelvo a contar lo mismo, como soy un poco fiebre de la música en directo, también había estado en muchos conciertos en el Bujío, así que me he quitado otra espinita a nivel personal y ya puedo decir que he tocado allí. No era la mejor fecha para tocar, ya sabéis, verano, un sitio cerrado, había que tocar pronto por aquello de los horarios... pero aún así lo pasamos bien, vimos a algunos amigos y dábamos el pistoletazo de salida a nuestra gira.

Sin apenas descanso y casi a las prisas tocaba hacer las maletas y jugar al tetris con la furgoneta, arte ese en el que hemos terminado
siendo unos expertos. Un montón de camisetas, algunos jeans, calcetines de repuesto por si nos llovía mucho en la isla, unas cuantas empanadas y viaje hasta la primera parada en Ciudad Rodrigo. Se trataba de una batalla de bandas en un sitio precioso, con una gente fabulosa, así que nos lo pasamos como los indios haciendo ese concierto, uno de esos bolos en los que tocas cómodo con el sonido (gracias a Alfonso Espadero) y con el lugar. Bueno, tan bien estuvimos que nos clasificamos para la final de la batalla bandas a causa del voto del público.

En este punto os adelanto un pequeño contratiempo... Pachi, nuestro batería, al terminar el concierto se fue con unos compinches de cuidado directo a Lugo. El resto os lo desvelo en el siguiente post, jejej...

Y así con la resaca, y el sueño por haber trasnochado más de lo que debíamos, nos despertamos tempranito, nos pegamos una ducha, un buen desayuno continental como se debe... y sin Pachi, cogimos carretera y manta. Aquí aprovecho para agradecerles a mis compis de grupo que condujeran hasta el destino, ya que a mí me da un poco de repelús conducir la furgona... gracias chicos.

Viaje sin incidencias, pero todo sea dicho, muy cansado, parecía que nunca llegaríamos a Calais donde cogíamos el ferry hasta Dover.
Habíamos partido de Ciudad Rodrigo a eso de las 9 de la mañana y llegamos a Calais unos minutos antes de que cerrasen el ferry cuando ya
estaba amaneciendo otra vez. No sé si se puede llamar Jet-lag, pero algo de eso teníamos y para combatirlo nada mejor que una buena pinta en el ferry, jejej... hora y media de mar... y sí, por fin estábamos en Gran Bretaña y conducíamos por la izquierda... pero lo siguiente ya os lo cuento en el siguiente post para dejaros ahí con la intriga...